NOTA DE www.elcolombiano.com
Cuando las ciclas fueron nuevas otra vez
Pablo Arbeláez Restrepo | Medellín
A Wálter Pedraza se le iban los ojos con lo que estaba viendo.
Esas bicicletas viejas prácticamente que lo pusieron a chorriar baba, porque empezaba a reconocer en ellas el valor de las victorias obtenidas y de los dueños que las montaron.
Ramón Hoyos Vallejo, Martín Cochise Rodríguez, Efraín Domínguez, Marlon Pérez, Mario 'Papaya' Vanegas, María Luisa Calle y Roberto Serafín Guerrero fueron a dar al museo, representados por esas máquinas que también hicieron hazañas e historia.
"Es increíble ver las bicicletas en las que montaron ellos para hacer sus conquistas".
Wálter, que se ha recorrido el mundo dando pedal, al punto de dominar cuatro idiomas que le dejaron el paso por diferentes equipos del planeta, se sentía orgulloso de poder ver el Museo de la Bicicleta que se ideó el periodista Fernando Calle, Piolín, en la presentación del equipo EPM-Une, y que ya fue desarmado tras ocho días de exposición.
Los ciclistas de ese elenco, estrellas de esa noche, se convirtieron en visitantes de primera mano del Museo, y más, porque pudieron compartir con los campeones y sus máquinas.
Cochise fue uno de los que más disfrutó contando las gestas de la hora y la persecución sobre esa máquina Benotto que aún brilla lustrosa.
Marlon Pérez, como espontáneo que es, también aprovechó para hacer piruetas al lado de las ciclas y realizar fotos que pasarán a la posteridad, como lo fue el título mundial juvenil de la prueba por puntos, en Quito, Ecuador, que logró montado en una Alan, 1975, de llanta tubo.
Un homenaje a la cicla, ese que degustó Pedraza antes de retornar a los duros días de la carretera.
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